lunes, 10 de septiembre de 2018

Jorge Pardo Ruzo: Camino de Santiago. Como la vida.

¿Conocéis el Caserío de Tión en Coirós?
En el edificio de una antigua escuela construida con los donativos de los emigrantes de la comarca en Argentina, se ubica actualmente un restaurante tradicional en las formas con alguna pretensión innovadora en los modos. No es comida casera, aunque se empeñen en atribuirle ese calificativo, rara vez en casa comemos zamburiñas a la plancha o costilla de Angus. Otros platos como la espléndida carne asada a la cazuela, el bacalao o la croca de ternera, siendo más usuales, alcanzan aquí un punto de excelencia que los aleja mucho de la comida de casa. En cualquier caso es un lugar muy recomendable, con una carta reducida y cuidada, con una atención cercana y agradable, casi casera. Se está a gusto y se come bien. Muy bien.
Pero no es por la comida por lo que escribo estás líneas. Es porque se ha convertido en un indiscutible referente artístico Comarcal, que digo… Nacional, Universal, o puede que incluso más.
Desde hace poco en sus paredes, en el bar y en el comedor del piso de arriba, cuelgan cuadros. Cuadros preciosos.
Los he pintado yo.
¡Sí!
¡Lo sé!
Me he pasado un poco.
¿Y qué?


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